viernes, 9 de mayo de 2008

Segundo Ayuntamiento 1971 - 1973

Publicado en Diario de Colima
Domingo 23 de septiembre de 2007

Miguel CHÁVEZ MICHEL*

MIL novecientos setenta fue un año electoral en la que simultáneamente, en nuestra entidad, se eligieron Presidente de la República, senadores, diputados federales, legisladores locales, presidentes municipales y regidores de los diez ayuntamientos del Estado. Luego entonces, como sucedía cada tres años, nuevamente se dio un reacomodo entre las fuerzas políticas de la época, en donde Armería, no fue la excepción.

Así, el primero de septiembre de ese año como parte de la XLVIII Legislatura federal asumieron el cargo de senadores por Colima (1970-1976) la licenciada Aurora Ruvalcaba Gutiérrez y don Roberto Pizano Saucedo. Diputados federales (1970-1973) por el primer distrito el doctor José Fernando Rivas Guzmán y por el segundo el profesor José Ernesto Díaz López.

En diciembre rindió su protesta como Presidente de la República el licenciado Luis Echeverría Álvarez (1970-1976). Por cierto, correspondió al Dr. José Fernando Rivas Guzmán colocarle la banda presidencial al nuevo primer mandatario de la Nación. Muchos colimenses, entre ellos quien esto escribe, a través de la televisión cuyas imágenes sólo se observaban en blanco y negro, fuimos testigos de este acontecimiento.

Para el período 1970-1973, por el entonces séptimo distrito electoral local que comprendía los municipios de Armería y Manzanillo, resultó electo diputado local don Ramón Casillas Sánchez llevando como compañero de fórmula a mi amigo Héctor Pineda Lugo. Durante el primer año de su gestión lamentablemente falleció don Ramón Casillas, por lo que, concluyó el encargo su suplente Héctor Pineda Lugo.
Ante este complejo escenario de acelerada movilidad entre actores políticos, con lo que en la práctica se iniciaba la lucha por la candidatura para gobernador del Estado (1973-1979), en Armería transcurría el último año de la administración municipal que encabezaba don Rosalío González Espinosa (1967-1970).

Así, entre los meses de abril a septiembre de ese año, estrechamente relacionados con las campañas políticas en comento, de menos a más, se escuchaban en el imaginario colectivo voces a favor o en contra de los aspirantes a la presidencia municipal de Armería. La mayoría de ellos, saludaban y se dejaban ver a lado de los candidatos a senadores y diputados federal y local. Otros, a través de sus seguidores, organizaban estructuras de apoyo y arengaban a las masas en busca de su respaldo.
Entre los aspirantes con mayores activos a su favor, encabezaba la lista Lino Corona Pérez que ya había sido regidor (1965-1967) en el ayuntamiento de Manzanillo. Su principal respaldo provenía del sector campesino y de los jóvenes deportistas. Quien más impulsaba su precandidatura era su compañero campesino presidente del comisariado del ejido Armería, Simón Leal Sánchez.

Le seguía en popularidad el exitoso agricultor y dirigente de los pequeños propietarios José Antonio Covarrubias Rodríguez. Dado su estable situación económica, agradable carácter y perfil sociable contaba con el afecto y generosidad de prestigiosos empresarios de Tecomán y Colima, así como la amistad y confianza de altos funcionarios del gobierno del estado.

En tercer lugar y con muchas posibilidades de éxito se mencionaba el profesor Leobardo Juárez Alcantar. Hombre serio, respetuoso y educado que se desempeñaba como director del turno matutino de la escuela primaria federal Revolución. Además, con el carácter de presidente del Comité Municipal del PRI tenía a su encomienda la privilegiada coordinación de las campañas políticas, lo que le permitía acercarse a la clase dirigente de la capital del estado.

En cuarto lugar y no por ello menos importante, se nombraba al prof. J. Félix Delgado Velázquez, maestro de grupo de la Escuela Primaria Federal Revolución, tesorero del comisariado del ejido Armería y secretario general del comité municipal del PRI. Era el mayor de los hijos de uno de los fundadores del pueblo, don Estanislao Delgado Zamora y gozaba con el respaldo del profesor José Ernesto Díaz López, secretario general de la liga de comunidades agrarias y sindicatos campesinos del estado de Colima (CNC).

Así en la segunda quincena del mes de septiembre de mil novecientos setenta corrió la voz que el candidato del Partido Revolucionario Institucional sería el profesor J. Félix Delgado Velázquez. Por tratarse de un profesionista joven su candidatura despertó renovados ánimos. A través de acuerdos con los actores políticos locales la totalidad de los aspirantes se sumaron a su candidatura. Para ello, contó mucho la habilidad de dos líderes con basta experiencia en la negociación política, como lo fueron don Roberto Pizano Saucedo y José Ernesto Díaz López, que lograron integrar una fórmula de unidad.

En este orden de ideas la planilla se acomodó de la siguiente forma: candidato a presidente municipal, profesor J. Félix Delgado Velázquez. Para suplente se optó por doña María de Jesús Lomelí Chávez, mujer agradable, perseverante y carismática. Para candidatos a regidores se seleccionaron representantes de los diversos segmentos sociales. Por el sector agrario se postularon a Simón Leal Sánchez y J. Refugio Mendoza Farías, ambos presidentes de comisariados, el primero del ejido Armería y el segundo del ejido Cofradía de Juárez, llevando como suplentes, respectivamente, a Emilio Pérez Sandoval del ejido Independencia y la señorita Adelina González Sánchez representando a los jóvenes.

Por el sector popular se designó a mi padre Miguel Chávez Vega, que era el dirigente de los tablajeros y secretario general del gremio de locatarios del mercado municipal. Su suplente fue Alfonso Farías Ruelas, líder de los trabajadores de la fábrica de coco rayado. Por la CTM completaron la fórmula, como propietario Jerónimo Gómez Contreras, (a) “El Danzante”, y suplente Leonardo Cuevas García.

Posterior a una entusiasta y colorida campaña las elecciones se verificaron el domingo quince de noviembre. Con la asistencia del gobernador Pablo Silva García, la ceremonia de instalación del segundo ayuntamiento se verificó el treinta y uno de diciembre en las instalaciones del Club de Leones que se ubicaban en el costado norte de la presidencia municipal (calle Chihuahua No. 16, actual casa paterna de los descendientes de José Antonio Covarrubias Rodríguez).

Como anécdota curiosa, esa noche, mientras en el Club de Leones se desarrollaba la sesión solemne del cabildo, a la misma hora, en el kiosco del jardín, con inusitada celeridad, un grupo de jóvenes con picos y palas demolían unos indecorosos mingitorios que habían sido construidos por la administración que concluía su gestión, para auxiliar a los parroquianos que domingo a domingo asistían a los bailes que se organizaban en apoyo de las admirables actividades de beneficencia que desarrollaba el Instituto Nacional de Protección a la Infancia (Inpi). Este hecho, provocó un lamentable desencuentro entre las autoridades entrantes y salientes. Lo cierto es, que el alcalde J. Félix Delgado Velázquez nada tuvo que ver en este asunto y ya habrá oportunidad, de que algún día, les participe lo que conozco de estos acontecimientos.

Pasada la euforia de la toma de posesión, el primero de enero de mil novecientos setenta y uno, el presidente municipal expidió los siguientes nombramientos: secretario del ayuntamiento el joven estudiante de la entonces escuela de leyes, Miguel Ángel Ramos; tesorero el contador privado, Isaac Ramírez Delgado; encargado de la oficina del registro civil, profesor Pedro Delgado Velázquez; comandante de la policía J. Dolores Radillo Mancilla y administrador del rastro, Miguel Ruelas Jaramillo.

Dado que el nuevo tesorero era sobrino del alcalde y el flamante encargado de la oficina del registro civil era nada menos que su hermano, de inmediato, estos dos nombramientos fueron cuestionados, tanto por los integrantes del cabildo, como por amplios sectores de la población. Recuerdo que se acusó al presidente municipal de nepotista. Seguro estoy, que nunca hubo mala fe o insanas intenciones del profesor J. Félix Delgado Velázquez al disponer las descritas designaciones. Eran sus hombres de mayor confianza y además los avalaban excelentes antecedentes personales y profesionales. En efecto, Isaac Ramírez Delgado, leal y discreto amigo, era un profesionista honrado y muy trabajador. Pedro Delgado Velázquez, además de buen maestro era una persona atenta y respetuosa, heredó de sus padres el don de gentes.

A las pocas semanas, con acuerdo de la asamblea edilicia, el presidente municipal realizó los siguientes cambios: Mariano Michel Ortega sustituyo en la tesorería a Isaac Ramírez Delgado y en lugar del profesor Pedro Delgado Velázquez se hizo cargo de la oficina del registro civil Eduardo Michel Fontecha. Posteriormente, Gustavo Sotomayor de la Mora pasó a ocupar la secretaría del ayuntamiento para cubrir la vacante que dejó Miguel Ángel Ramos. Finalmente, en atención a que J. Dolores Radillo Mancilla recibió invitación para laborar en la dirección de tránsito del estado; Francisco Córdova Espinosa fue designado comandante de la policía.

Tal vez por estos hechos, el carácter optimista y sociable del maestro J. Félix Delgado Velázquez cambió adoptando ciertas actitudes cautelosas que dificultaron, por el resto de su administración, la comunicación entre gobernantes y gobernados. No obstante lo anterior, a la distancia, sus obras perduran y siguen siendo ejemplo de tenacidad y esfuerzo.

Entre la obra pública realizada en este período se encuentra la construcción de la Escuela Secundaria Profesor “Antonio Barbosa Helt,” la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social y la remodelación de los jardines de Armería y Cuyutlán con nuevas luminarias de alumbrado público. Por lo que se refiere a la clínica del Imss, no obstante su importancia, los jóvenes deportistas se inconformaron por la donación que hizo el ayuntamiento de los terrenos en que se ubicaba el campo deportivo, en respuesta a su exigente reproche, con el apoyo del gobernador Pablo Silva García se construyo una moderna y bien equipada unidad deportiva.

En este período la Asociación Cultural Estudiantil de Armería (Acea) fundó la biblioteca pública Año de Juárez y la delegación Armería de la Cruz Roja Mexicana. También, con el respaldo de la liga municipal de organizaciones populares (Cnop) que encabezaba mi padre Miguel Chávez Vega se constituyó el sindicato de trabajadores al servicio del ayuntamiento de Armería, siendo su primer dirigente Eduardo Michel Fontecha.

Finalmente, a las tres de la tarde del treinta de enero de mil novecientos setenta y tres se registró un fuerte sismo de seis grados en la escala de Richter. El epicentro fue localizado entre Armería y Tecomán. Una tercera parte de las casas se desplomaron, entre ellas la de mis padres. El resto de las viviendas quedaron seriamente dañadas. El templo parroquial también resultó muy deteriorado.

En los primeros días del mes de febrero, el presidente de la República, Luis Echeverría, y el gobernador del estado, Pablo Silva García, recorrieron personalmente la zona siniestrada y se avocaron a dar atención a los damnificados. Por instrucciones superiores el licenciado Eliseo Arroyo Alcalá director estatal del Indeco implementó programas emergentes para la reconstrucción de muros y construcción de nuevas viviendas.

*El autor es miembro del Consejo Estatal de la Crónica, la Asociación Colimense de Periodistas y Escritores, y la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades del Estado de Colima.

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