domingo, 1 de julio de 2007

Cuyutlán, mar abierto de todos los tiempos

Publicado en Diario de Colima
12 de diciembre de 2004

Miguel CHÁVEZ MICHEL*

La palabra Cuyutlán, de deriva del nahuatl “coyotl” que significa “coyote” y la terminación “tlan” que connota “lugar de...”, luego entonces, atendiendo las raíces del vocablo, Cuyutlán significa “lugar de coyotes”.

Su centro de población se localiza en playas de “mar abierto” entre Armería y Manzanillo y gracias a las profundidades del océano, en los solsticios de verano su “imponente oleaje” es todo un espectáculo conocido cómo la “ola verde”, y además es productor de sal desde la época prehispánica. Por ello, siempre he definido a Cuyutlán como “lugar de coyotes, tierras de sal y mar abierto de todos los tiempos”.

Una cita antigua de esta zona, la encontramos en la "...Relación breve y sumaria de 1554..." del Lic. Lorenzo Lebrón de Quiñónez, cuando menciona a “Coyutlan”, como sitio productor de sal desde la época precortesiana y ancestral balneario de mar abierto.

Gracias a las ricas ofrendas de cerámica precortesiana localizadas en su suelo, podemos afirmar, que desde tiempos inmemoriales fue habitado por pueblos primitivos, cuyos principales centros de población se localizaron en lo que hoy se conoce con los nombres de “Tepalcates”, “El Ciruelo”, “Cuyutlancillo” y “Palo Verde”.

Durante la conquista, sus habitantes debieron engrosar las filas de los aguerridos “Tecos” que cayeron luchando heroicamente en “Alima” y en el propio “Palenque de Tecomán”, defendiendo el “Señorío de Colimán” en 1523.

Entre encomiendas, mercedes, juicios, remates y sucesiones, la tenencia de la tierra y sus salinas, fueron propiedad, entre otros, de los conquistadores Juan de Inistra y Alfonso Martín de Trejo. Más tarde el Capitán Rodrigo de Brizuela y el Alférez Real Bartolomé de Brizuela. Posteriormente, el Conde de Regla Don Pedro Romero de Terreros, su nieta la Marquesa de Herrera, Don Francisco Santacruz Escobosa, Doña Clemencia Ceballos viuda de Santacruz, Francisco Santacruz Ramírez, Juan R. Salinas, Catalina y Salvador Echeverría y finalmente la Hacienda de Cuyutlán es fracciona en dos Ejidos (Cuyutlán y Luis Echeverría) y un poco más de cuarenta (predios) con la figura jurídica de pequeñas propiedades.

La tecnología utilizada en las salinas de Cuyutlán data de la época prehispánica: la sal se obtiene del “panino” o capa superior de los terrenos salitrosos, que año con año, son depositados por las saladas aguas de la laguna. La capa del “panino” es levantada con una rastra llamada “gata” y llevada al cajete del “tapextle” en donde se mezcla con agua salubre del “pozo” que se perfora a un lado y a través de filtraciones es conducida a las “eras” o pilas en donde se cristaliza a través de un proceso de evaporación con los rayos solares. El tapextle es construido con madera de mangle y su filtro se forma con arena y carbón. En homenaje al laborioso trabajo de los salineros de todos los tiempos, el Gobierno del Estado en coordinación y el H. Ayuntamiento Constitucional de Armería, pone a disposición de todos ustedes, el “Museo de la Sal”, quién no lo visita, no conoce Cuyutlán.

Durante la guerra de reforma, el Presidente Benito Juárez en su peregrinar por la República, le concedió a Colima el honor de erigirse en sede del gobierno constitucionalista del 25 de marzo al 11 de abril de 1858. Tras permanecer 15 días en la capital del Estado, en su trayecto al puerto de Manzanillo, el benemérito trashumante pernocta en Cuyutlán de la tarde del día 8 a la mañana del 9 de abril.

Sobre este histórico hecho, el Prof. Ricardo Guzmán Nava nos comenta, que esa tarde del 8 de abril de 1858 “…uno de los guardias del Presidente Juárez, en pleno poblado, hizo unos disparos para cazar unas aves, provocando que de inmediato la autoridad local emprendiera acciones para desarmarlo y aprenderlo, sorprendido el guardia interpela ¿Qué no sabes quién soy? Enterado de los hechos el Presidente Juárez, lejos de recriminar al intimidado comisario, lo felicita y ordena desarmar y arrestar al intrépido soldado…” (Concluye la cita).

Ante la falta de vías de comunicación entre el puerto de Manzanillo y la ciudad de Colima, ya que la vereda que bordeaba la laguna de Cuyutlán en los períodos de lluvias era intransitable, a iniciativa del Cónsul Norteamericano Augusto Morril, en 1871 se puso en servicio un "vaporcito llamado Colima" que navegó de Manzanillo a Cuyutlancillo, en este contexto y con la finalidad de ampliar los servicios de navegación hasta el Río Grande, el Ing. Rosario banda, aprovechando el cause del estero “Palo Verde” proyectó un canal que comunicara la laguna de Cuyutlán con el Río Armería, dragado que se inicia en 1874 pero que no fue concluido, ya que este medio de comunicación funcionó hasta el año de 1881 en que se inauguro la vía angosta del Ferrocarril.

La palma de coco es una planta originaria de las costas del pacifico sur de Asia. Fue traída a América por el navegante Álvaro de Mandaría, quien arribo al puerto de Santiago de Colima en 1569 procedente de las islas Salomón.

Con la ayuda de esclavos filipinos llamados: “indios chinos”, los españoles realizaron en Cuyutlán las primeras plantaciones del cocotero y aprendieron a hacer uso integral de la planta, aprovecharon el fruto, su madera, palapas, estopa e inclusive su sabia, que se deleita en exquisita “tuba”.

Durante la colonia, a través de un proceso de destilación de la tuba, se producía “vino”. Dada su calidad, resultó una fuerte competencia a los vinos españoles, lo que ocasionó que en 1612 las autoridades virreinales prohibieran su producción y decretaron la tala de los palmares, lo último, por fortuna no se cumplió.

En 1887, los señores Severino Pinzon y Narciso Palencia inician la incipiente industria hotelera con la construcción del “Hotel Pacífico”, el primero en su género hecho totalmente de madera. Diez años después, en la parte más alta del “medano” se construye el Hotel Cuyutlán. Por solo citar un ejemplo de los hoteles de mayor tradición, les comento que en 1905 Don Manuel Ceballos edifica el “Hotel Ceballos”, su hijo, lo reconstruye en 1920, pero el maremoto de 1932 lo arrasa. El tercer edificio lo levantó Carlos Ceballos Silva, quien lo vende en 1950 a los señores Eduardo y Elías Setanofest, hoy Hotel Victoria.

El 12 de diciembre de 1908, en su tres “Olivo” el Gral. Porfirio Díaz inaugura oficialmente la vía el ferrocarril de Guadalajara a Manzanillo. Era gobernador de Colima Enrique O. de la Madrid. Dada la importancia turística y el crecimiento de su población, el 19 de diciembre de 1911, por Decreto del H. Congreso del Estado, el centro de población de Cuyutlán, es elevado a la categoría de pueblo.

En junio de 1927, los cristeros al mando de José Gómez entran al poblado de Cuyutlán y queman una finca propiedad del entonces Gobernador Solórzano Bejar.

Entre el 3 y el 9 de junio de 1932 se registraron fuertes sismos en el Sur de Jalisco y el Estado de Colima; la capital del Estado fue la más castigada. Pocos días después Cuyutlán es devastado por un maremoto. Sobre este evento, el Dr. José Salazar Cárdenas, en su libro "El Maremoto de Cuyutlán" nos describe: “…el 22 de junio a las 7 de la mañana los habitantes de Cuyutlán sintieron un temblor de regular intensidad… pocos segundos después escucharon un retumbido con rumbo al mar y posteriormente vieron una ola gigantesca que llegó hasta la vía del ferrocarril…” (Concluye la cita).

En consecuencia, la mayor parte de los sobrevivientes se refugiaron en la en la entonces Ranchería de Armería. Muchos de ellos se quedaron definitivamente en ese lugar, siendo este hecho, uno de los antecedentes del inusitado crecimiento poblacional que da origen a la erección del pueblo de Armería el 29 de abril de 1935.

Luego de vencer el temor de una repetición del maremoto, Don Carlos Ceballos Silva mejor conocido como “Caco Ceballos” toma la decisión de construir de nueva cuenta, en forma rústica y con madera de la región, su famoso “Hotel Ceballos”. Su perseverante espíritu emprendedor les devolvió la confianza a los lugareños, quien siguiendo su ejemplo dieron inicio a nuevas construcciones.

Pero el entusiasmo de “Caco” no quedó allí, pues fue nombrado Presidente del Comité de Reconstrucción de Cuyutlán primero y luego del Comité de Turismo, desde donde promovió ante las autoridades administrativas de los ferrocarriles excursiones de turistas que acudían a sus playas en los famosos trenes dominicales. Este hecho, le devolvió a Cuyutlán la denominación del “balneario de mayor tradición en la costa occidental de México”. Cuyutlán y Armería le deben a este gran hombre un homenaje.

En 1955 el Ayuntamiento de Manzanillo inicia los trabajos de construcción del Malecón de Cuyutlán y su ampliación concluye en 1990. En 1967 al constituirse el Municipio de Armería, Cuyutlán pasa a formar parte de su jurisdicción.

A iniciativa del Ejido Cuyutlán y con el apoyo de la entonces Delegada de la Secretaría de Desarrollo Social la C.P. Ma. Lourdes Chávez de Velasco, en 1992, durante el período de arribazón de las tortugas marinas, se crea EL Centro Ecológico “El Tortugario”. Los terrenos, fueron donados por Don Rafael Aguilar Villalvazo. Su administración paso al H. Ayuntamiento en enero 1999 y el 24 de abril de 2001, se obtuvo el registro como una Unidad para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre.

* El autor es miembro del Consejo Estatal de la Crónica, la Asociación Colimense de Periodistas y Escritores y la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades del Estado de Colima.

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