lunes, 4 de febrero de 2008

Mi primera incursión formal en la política

Publicado en Diario de Colima
Domingo 14 de octubre de 2007

Miguel CHÁVEZ MICHEL*

Puntualiza un conocido refrán que no hay fecha que no se llegue, ni plazo que no se cumpla. Por ende, no obstante el fuerte sismo registrado el treinta de enero de mil novecientos setenta y tres cuyas repercusiones alteraron la cotidianeidad de los habitantes de la costa colimense, el calendario político electoral del estado continuó su avance ordinario. Así, para sorpresa de muchos y tranquilidad de pocos, el jueves primero marzo de 1973, Jacobo Zabludovsky en su noticiero nocturno, mejor conocido como “24 Horas” escuetamente reveló: “los sectores del P.R.I. han coincidido en postular candidato a gobernador del Estado de Colima al Prof. Antonio Barbosa Helt, actual oficial mayor de la secretaría de educación pública”. Y acotó: “Vuelvo con más información”. (Concluye la cita de lo que percibí en la pantalla chica).

Inmediatamente, conforme al ritual político de la época, los sectores y organizaciones locales manifestaron públicamente su adhesión a la precandidatura del Prof. Antonio Barbosa Helt. El domingo siguiente, el delegado del comité ejecutivo nacional licenciado José de las Fuentes Rodríguez divulga la convocatoria respectiva y el lunes cinco, por invitación del Prof. Leobardo Juárez Álcantar, presidente del comité municipal del P.R.I., un nutrido grupo de jóvenes de Armería nos sumamos a los numerosos contingentes, que de todo el estado, asistimos a la aeropista de la ciudad de Colima para recibir al abanderado del tricolor.

Posterior a su llegada, nos trasladamos a las oficinas del comité directivo estatal que se ubicaban en el jardín de la concordia (actual archivo histórico) y allí, el profesor José Ernesto Díaz López, don Ramón Serrano García y Ernesto Terríquez Zámano, dirigentes de los sectores agrario, obrero y popular, solicitaron a su presidente licenciado Jaime Enríquez Casillas el registro de la precandidatura del profesor Antonio Barbosa Helt. A partir del martes subsiguiente se desarrollaron la asamblea estatal y convenciones sectoriales concluyendo ese fin de semana en el teatro Hidalgo, en donde el candidato rindió su protesta estatutaria ante la presencia de don Jesús Reyes Heroles, dirigente nacional del partido revolucionario institucional.

En este animoso contexto no faltó pretexto para que más de uno desbordara sus inquietudes políticas en favor de indiscutibles aspirantes a los diferentes cargos de elección popular. En esa tesitura, un grupo de jóvenes de Armería y Manzanillo nos pronunciamos en favor del licenciado Jorge Armando Gaitán Gudiño para que fuera postulado candidato a diputado local por el séptimo distrito. No llegamos a más porque nuestro amigo Rogelio Rueda Preciado, que era uno de sus leales seguidores, nos expresó que no hiciéramos olas, dado que existía la evidente posibilidad que se alcanzara la candidatura a diputado federal.

Y así fue, en la segunda quincena del mes de marzo de ese año se despejaron las incógnitas. Daniel A. Moreno Díaz fue el ungido para competir por el primer distrito electoral federal y Jorge Armando Gaitán Gudiño por el segundo. A los pocos días nos enteramos que un buen amigo de mi padre de nombre Armín Núñez Meza sería el candidato a diputado local por el séptimo distrito que comprendía los municipios de Armería y Manzanillo. Armín, como le decíamos todos, era un cumplido y discreto ejidatario del poblado de Campos municipio Manzanillo y se desempeñaba cómo presidente del comité regional campesino, por lo tanto, era particularmente aceptado por la mayoría de los grupos agraristas de Armería.

En la cúspide de la campaña política, recuerdo que un domingo por la mañana, cómo de costumbre, varios jóvenes de la época nos reunimos en los portales de la casa de don Ignacio Hoyos Velázquez para leer la prensa del día y ahí, por comentarios de Gustavo Sotomayor de la Mora, nos enteramos que por razones de índole estrictamente familiar el profesor Leobardo Juárez Álcantar, había cambiado de residencia a la ciudad de México y en consecuencia había presentado con carácter de irrevocable su renuncia a la presidencia del comité municipal del P.R.I.

Para dilucidar sobre este inesperado acontecimiento, de inmediato, nos reunimos en la biblioteca pública “Año de Juárez” y previo análisis de la situación política local acordamos trasladarnos el día siguiente a la ciudad y puerto de Manzanillo para exponerle al licenciado Jorge Armando Gaitán Gudiño la posibilidad de que se nos diera la oportunidad a los jóvenes de dirigir las actividades del partido en el municipio, es decir, que uno de los integrantes de la “Asociación Cultural Estudiantil de Armería” (Acea), ocupara la acéfala presidencia del comité municipal del P.R.I. Para evitar fracturas internas y a la vez facilitar el acceso de un joven a la dirigencia municipal, acordamos proponer que el partido decidiera quien de los jóvenes sería el nuevo líder.

Acorde a lo convenido y con la discreción que el caso ameritaba, al día siguiente por la mañana, llegamos a la oficina del licenciado Gaitán Gudiño, quién después de escucharnos, expresó: “haber, haber, permítanme entender. ¿Lo que ustedes quieren es la presidencia del PRI en Armería? ¿Estoy en lo cierto?”. Y todos, al unísono contestamos afirmativamente. Y moviendo una de sus cejas hacia arriba siguió diciendo: “bien, bien, amigos míos, sepan ustedes que en política nunca se dejan los cabos sueltos. Si quieren que yo los apoye en este momento me van a decir: ¿quién de ustedes es el valiente que quiere ser el Presidente?”. Desconcertados, volteamos a ver a nuestro presidente Ignacio Hoyos García, quién de inmediato argumentó: “yo no puedo, mi prioridad es concluir los estudios en la ciudad de Guadalajara”. Sin mayores explicaciones, Ignacio González Diego (a) “el diablo” opinó: “Yo propongo a Miguel Chávez Michel”. Al instante Horacio López Haro volteo a ver a J. Félix Manzo y le dijo “Tu que opinas Félix” y Manzo Llorentes contestó “Yo estoy de acuerdo”.

“Bien, bien, ya tenemos el gallo ahora nos falta la estrategia” replicó Jorge Armando, tomó el teléfono y se comunicó con el presidente del comité directivo estatal del P.R.I. licenciado Jaime Enríquez Casillas. Duraron un buen rato conversando sobre este propósito y a lo largo de la charla, ponderó las actividades que los jóvenes habíamos venido desarrollando en Armería, exaltó la fundación de la biblioteca pública, la semana cultural que anualmente organizábamos y la creación de la delegación local de la Cruz Roja Mexicana y con vehemencia insistía en que los jóvenes nos habíamos ganado una oportunidad. Cauteloso Jaime Enríquez Casillas le preguntó “¿y el presidente municipal que opina?, sin espaciosas aclaraciones, Jorge Armando le contestó: “de Félix Delgado Velázquez yo me encargo”.

Finalizada la comunicación telefónica nos dijo: “¡ya la hicimos!, no sé porque Jaime se disgustó, pero me dijo que hiciera lo que se me viniera en gana. El próximo viernes estaremos en Armería para darles posesión”. Sin dilación, le solicitó a Rogelio Rueda Preciado, que nos orientara para organizar la asamblea respectiva. Más tardamos en llegar de regreso a nuestras casas, que la noticia, como reguero de pólvora, originaba una insuperable polémica generacional que balanceó al pueblo más que el temblor del treinta de enero.

En efecto, los actores políticos locales fueron los primeros que refutaron nuestra juvenil osadía de aspirar a los espacios políticos que con mucho esfuerzo habían conquistado nuestros mayores. Además de la inminente gira del candidato a gobernador proyectada para los siguientes días, los grupos políticos municipales ya estaban trabajando para alcanzar la codiciada candidatura a la alcaldía. Por consiguiente, nuestra llegada a la presidencia del comité municipal del P.R.I. resultaba incómoda para más de uno de los aspirantes.

Ante estos hechos, hubo necesidad de posponer para el siguiente lunes la asamblea proyectada inicialmente para el tercer viernes del mes de junio de mil novecientos setenta y tres. Todo ese fin de semana, Jorge Armando Gaitán Gudiño, Rogelio Rueda Preciado y Armín Núñez Meza, casa por casa, se entrevistaron con nuestros progenitores y líderes locales pidiéndoles una oportunidad para sus hijos. Con argumentos sólidos que con astucia delineaba Jorge Armando, uno a uno fue aceptando la nueva realidad que doña Felicitas Carrillo Velázquez sintetizaba en tres palabras: “los niños crecieron”.

Salvado lo mas agitado del insidioso y no menos calumnioso temporal, el lunes 21 de junio, en los patios de lo que fue el colegio de niñas “Sor Juana Inés de la Cruz” que se ubicaba frente a la parroquia del pueblo, con música y banda de guerra, se desarrolló la Asamblea Municipal del Partido Revolucionario Institucional en que rendimos nuestra protesta estatutaria Sergio Pérez Ochoa cómo oficial mayor y quien este escribe como presidente del comité municipal del P.R.I. Con la representación del licenciado Jaime Enríquez Casillas asistió el profesor Salvador Rodríguez Ramos, secretario general del comité directivo estatal.

Además de los candidatos a diputado federal y local Jorge Armando Gaitán Gudiño y Armín Núñez Meza respectivamente, asistieron el diputado Manuel Martínez Alcalá y el licenciado Mario Rivera Valdez, el primero secretario de acción política del P.R.I. estatal y el segundo director de acción juvenil. Para un mayor control del evento Jorge Armando Gaitán Gudiño designado delegado especial para esta reunión, habilitó a Rogelio Rueda Preciado cómo maestro de ceremonias.

En el desahogo del correspondiente orden del día, don Carlos Salas García en su carácter de secretario general del comité municipal del P.R.I. informó de la renuncia presentada por el profesor Leobardo Juárez Alcantar, luego explicó los motivos personales por los que no aceptaba la dirigencia que estatutariamente le correspondía y concluyó proponiendo para presidente interino al autor de esta columna. Seguidamente, a nombre de los sectores hizo uso de la voz el presidente del comisariado del ejido El Pelillo Zacarías Amador Torres para apoyar la propuesta que fue aprobada por los presentes.

Además de una nutrida concurrencia, entre otros invitados especiales, asistieron el exalcade Rosalío González Espinosa y los exdirigentes municipales del P.R.I. Juan Sotomayor de la Mora y Mauricio Rodríguez. También estuvieron presentes la totalidad de los presidentes de los comisariados ejidales de la época, por el ejido Armería Jorge Pérez Ochoa, por Cofradía de Juárez J. Refugio Mendoza Farías y José Negrete Sánchez, de Cuyutlán Irineo Rodríguez Córdova, del Independencia Antonio Gómez, por Periquillo Pedro Velázquez Ramírez, de Zorrillos (Los Reyes) Crispín Campos Enciso y por el entonces nuevo centro de población Anacleto Núñez (Rincón de López) J. Trinidad Galván y Cesareo Muñíz Sosa.

Por el sindicato de trabajadores de la construcción participó don Miguel Flores Tejeda, del gremio de sacadores de copra Crescencio Sánchez y Sebastián Palos Sánchez, por la delegación de la sección catorce del STIC Melquíades Jiménez Vázquez, por los obreros de la fábrica de coco rayado Alfonso Farías Ruelas y por los trabajadores del campo y carga en general Ignacio Vázquez Cázares. También estuvieron presentes por las organizaciones del sector popular, Miguel Juárez Álcantar dirigente del sitio de camionetas, Candelario Arellano Murguía secretario general del sitio progreso, J. Jesús Vaca Farías dirigente de los locatarios del mercado y Eduardo Michel Fontecha líder de los burócratas municipales.

Fue muy evidente la ausencia del presidente municipal y la de mi padre Miguel Chávez Vega, que además de regidor, era el dirigente de la liga municipal de organizaciones populares (CNOP). Ante este observado y muy comentado hecho, doña Felicitas Carrillo Velázquez, respetada amiga de la familia y entusiasta impulsora de las nuevas generaciones fue a demandarle a mi progenitor una explicación, y éste, con especial afecto y puntual comedimiento le expresó:”Mira Felicitas, tú dices que los niños ya crecieron y que debemos tratarlos como jóvenes. Pues yo agregaría: cuando los hijos crecen, los adultos se desvanecen. Luego entonces, para llevar la fiesta en paz, más temprano que tarde, hay que dejarles el changarro para que le inyecten renovadas energías” (concluye la cita).

Congruente con su forma de pensar, mi progenitor, no obstante que era un apasionado de la política, poco a poco se fue retirando de toda actividad pública. De esta manera, insistiendo en su convencido deseo de dejarnos, cómo decía “el camino libre a las nuevas generaciones”, le solicitó a Ernesto Terríquez Zámano su remoción cómo dirigente municipal de la CNOP, propuesta, que de momento, por lo cercano de las elecciones no le fue aceptada, pero obtuvo la anuencia para que don Jesús Vaca Farías fuera designado secretario de organización y con esa encomienda actuara oficialmente con la representación del sector popular.

Conclusión, don Miguel Chávez Vega no solo se retiro de la vida pública, sino también, desde el punto de vista económico, el juguetito de su hijo le salio muy caro, dado que, en esta mi primera incursión formal en la política, como nadie aprende en cabeza ajena, en deterioro de su patrimonio, me acabé un coche y dos camionetas, pero este será tema de otra colaboración. Este día a diecinueve años de su sentido fallecimiento sean estas líneas un homenaje al padre de familia que sacrificando sus proyectos políticos personales nunca me dejó solo, ni moral ni económicamente. Descanse en paz.

*El autor es miembro del Consejo Estatal de la Crónica, la Asociación Colimense de Periodistas y Escritores, y la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades del Estado de Colima.

chavezmichel@colima.com
chavezmichel@gmail.com

1 comentario:

Unknown dijo...

Bueno ese don armin nuñez es mi abuelo y gano la eleccion convirtiendose en diputado local