martes, 4 de diciembre de 2007

(2) LXXV Aniversario del Ejido Independencia

(Segunda y ultima parte)

Publicado en Diario de Colima
10 de diciembre de 2006

Miguel CHÁVEZ MICHEL*

Con motivo de los actos conmemorativos del setenta y cinco aniversario de la dotación de la dotación de tierras al “ejido independencia” (24 de julio de 1931), los miembros de esa comunidad agraria rindieron merecido homenaje al progresista y comprometido líder don Leonardo Jaramillo Silva. La ceremonia en que se develó un busto en su memoria fue ilustrada con trascendentes y siempre bien recordadas anécdotas del homenajeado.

Sobre este particular, el presidente del comisariado ejidal Arnulfo Díaz Lara comento: “…hoy, que un servidor, me tocó presidir la representación de esta comunidad, considero justo, destacar el liderazgo de un hombre que nació el 6 de noviembre de 1903, en Autlán de la Grana, Jalisco, descendiente de Leonardo y Felipa; que compartió, con otros diez campesinos, la decisión de cultivar este maravilloso territorio, haciéndolo próspero y hospitalario, su vida transcurrió en una suerte de conjugar, de gozar la dicha, la amistad y la justicia de la exuberancia que ofrecía la naturaleza, a pesar de las condiciones de pobreza en que vivían.

Pasaron los años y Don Leonardo nunca olvidaría la lucha feroz que protagonizaron los habitantes de los “once pueblos” para poder distanciarse del suplicio que representaron las enfermedades y el contacto con los animales ponzoñosos que convivían en el mismo espacio, con aquellos arriesgados que lograron darle lustre a la tierra que los había recibido en su regazo.

Cuentan los que lo conocieron, que era un luchador nato, un experimentador hambriento de ver el resultado de sus intuiciones, un impulsor de la cultura, aún llevando a cuestas una falta de preparación académica, fue un alentador del principio universal de dar a quienes menos tienen, y en ocasiones, por que no, también a los que tienen, para saber si estos últimos, ante tal gesto, llegaban algún día emular su ejemplo.

Un formador de cuadros en diversas actividades, un impulsor incansable del desarrollo de la agricultura y del comercio, era tal su vocación de servicio, que sin tener títulos académicos, don Leonardo incursionó también en la política, porque su honestidad, sentido común y justiciero, le permitieron desempeñar sus actividades con responsabilidad y sabiduría. Era, en síntesis, un hombre de profundas convicciones. Dicen, que leía de todo, hasta la Biblia, aunque no era un manifiesto feligrés.

En este impulso, de auto-aprendizaje, don Leonardo, fue Presidente Municipal de Manzanillo, Presidente de la H. Junta Municipal de Armería, al parecer por tres veces, y Diputado Local por este Distrito, que incluía a Manzanillo. Se refiere, que cuando estuvo en este último cargo, habiendo desabasto de maíz en la región, convenció a los responsables del gobierno, para que solo dejaran salir únicamente el excedente de ese grano para otros estados, buscando que los colimenses no sufrieran la escasez de este producto, y en aquél entonces no faltó en ninguna mesa colimota, por mas pobre que esta fuera. Gestión que le valió la embestida de mas de alguno de sus colegisladores, no se diga de los especuladores que estaban en contra de tal medida.

Se preocupó también por la seguridad, así se dio a la tarea de formar las fuerzas rurales en Armería, y fue nombrado por sus integrantes como su comandante.

Se sabe que impulso diversas gestiones para sus conciudadanos armeritenses, como establecer e iniciar el primer jardín de Armería, que hoy es la plaza principal, aplicando la democracia participativa, simpatizantes o no de aquellos ideales, todos cooperaron y dejaron sus nombres en las bancas de granito. Así también logró la introducción del primer sistema de agua potable desde el “charco verde” y la primera planta de energía eléctrica, las actuales escuelas “revolución” e “independencia” y otras obras mas fueron inauguradas gracias a que este hombre, le daba preferencia al servicio de la comunidad, aun, antes de resolver algunas de las necesidades que tenia en su casa o en su propia parcela.

El impulso el desarrollo económico que don Leonardo aplicaba no se detenía, cuando se presentaron las necesidades de transporte, se reunió con un grupo de compañeros locales, de Colomos y la ciudad de Colima, y fundaron la cooperativa de los autobuses “rojos”, (Colima, Tecomán, Armería, Manzanillo y anexas) de la cual fue su primer presidente.

La salud no quedó fuera de su alcance, porque hubo una época en que proliferó el alacrán y el paludismo y con su platica de natural convencimiento, persuadió a los productores para que de sus cortes de plátano, aportaran dos centavos por kilo, para iniciar un lucha frontal, ante tan fatal arácnido, propuesta que fue aceptada por unanimidad, y así, muchos hombres y mujeres de ahora, que fueron niños entonces, lograron no verse reflejados como un numero menos de la población de Armería. Se debe reconocer que en aquel tiempo el campo era rentable, y los agricultores sabían, que si su comunidad estaba bien, ellos siempre progresarían.

Cuentan, que en una ocasión don Juan Torres llegó mortificado y a todo lo que daba, buscando a don Leonardo, y le dijo, casi ahogándose, que a don Lucio le había picado un alacrán, y aquel le dijo, no se preocupe, el ya debió haber mascado hojas de “guaco”, y lo más seguro que ese alacrán ya se murió. Así fue, larga vida tuvo don Lucio y el bicho en mención había terminado su existencia. Tal conocimiento de la naturaleza, en especial de su flora, deberíamos de rescatarla para bien de todos.

La idea de la solidaridad en la alimentación era una premisa, criaban cerdos y aves, sembraban el maíz, el fríjol y otros vegetales para compartirlos entre todos.

Y cuando parcelaron su dotación de tierras, creció la agricultura con la palma de coco, el limón criollo y las plataneras, a tal grado, que aquel grupo lidereado por don Leonardo, también creció en el número de sus integrantes, eran tan entusiastas, que solicitaron y obtuvieron la ampliación de tierras en el “llano”, ahí fue donde algunos se volvieron ganaderos y los primeros productores de ajonjolí, porque don Leonardo les trajo, quien sabe de donde, una variedad de ajonjolí que pegó muy bien, y los ejidatarios de aquel entonces le pusieron el nombre de “ajonjolí Jaramillo”. La tierra nada les negaba, uno aprendía del otro, platicaban y se entendían muy bien, porque eran gente honesta y tenían un líder, en verdad desposeído de cualquier egoísmo.

Don Leonardo fue un conocedor del medio ambiente y e las plagas, es el caso, que en su tiempo hubo una que se intensificó en las palmeras, se le conoce aun como la del “mayate prieto”, intuía que si no se combatía a tiempo, sufrirían grandes pérdidas, así que igualmente, con la democracia participativa, impulsó una campaña que pagaba a veinte centavos cada mayate que acopiaran vivo o muerto, y de esa manera se protegieron y se ampliaron los palmares que aun están sobreviviendo.

Los muy allegados a don Leonardo, sabían de su poca preparación escolar, para los de hoy, primer año de primaria. Pero el había desarrollado otras habilidades, por ejemplo, para los tramites oficiales, escribía en una pequeña máquina, con tal precisión jurídica y brillantez de argumentos, que sus epístolas tenían un impacto abrumador; no había oficina, político o ciudadano que se opusiera a ellas. Primero, no tenía ninguna falta de ortografía. Segundo, su discurso era claro, preciso y contundente. Es una lastima que no hubiera sido maestro, dijeron algunos de sus contemporáneos, las cosas para muchos hubieran sido diferentes.

En ocasiones, le pedía a doña Porfiria, su esposa, que le ayudara a escribir, pero le insistía “sin faltas de ortografía”, y ella le contestaba, tu no te preocupes, yo de lo que escribo estoy segura, y ya al terminar, don Leonardo se ponía a corregir toda la hoja, efectivamente, dicen que su compañera, tenía muy mala ortografía, pero una letra hermosa.

Las leyes las estudiaba y los vocablos que no entendía los consultaba en otro libro que él llamaba el “tumba burros”, se trataba de un diccionario.

Tenía un sentido tal de la justicia, en defensa de los más débiles, que nunca le importo patrocinarlos y enfrentarse a los poderosos de aquella época, aunque fueran los líderes espirituales de cualquier feligresía, ricos, poderosos o influyentes en el gobierno. Hay muchas anécdotas al respecto que sería muy largo contar.

En las luchas agraristas de esta zona, también se distinguió, sería bueno que le preguntáramos a don José Méndez del ejido “periquillo”, a Celestino Mora, del ejido “Agua Zarca” y de otros núcleos ejidales, sus compañeros o descendientes, podrán darnos testimonio del apoyo que don Leonardo les dio cuando estaban iniciando la constitución de sus comunidades agrarias. Porque algunos de ellos nos han contado, que don Leonardo, los visitaba y alentaba con cierta frecuencia, llegando a pie entre lodazales hasta las rodillas, con torrenciales aguaceros y sentándose en el suelo con los incipientes agraristas para intercambiar sus estrategias y no aflojar hasta lograr que se les resolviera su dotación de tierras.

El desarrollo cultural se desató, la población estudiantil y magisterial creció, pero ambos tenían que transportarse, así que don Leonardo buscó la manera de ayudarles, y convenció a los compañeros de la cooperativa de los rojos, para que se les otorgara el 50 % de descuento, lográndose sin ningún regateo, el primer descuento histórico en el transporte a los maestros y alumnos. Hasta la fecha, aún continua vigente dicho descuento.

Don Leonardo, siempre fue leal con los personajes que inspiraban o apoyaban su causa, como don Lázaro Cárdenas del Río y don Adolfo Ruiz Cortínes. Con el primero, se lanzó defendiéndolo y apoyándolo con publicaciones de artículos y cartas abiertas en la prensa nacional, cuando los políticos y poderosos de dinero lo atacaron por el reparto agrario y por sus ideas progresistas, pero nunca acudió a pedirles sirviera de “padrino” para algún puesto político. Pero si le valió afinidad con el segundo, fue tanta su relación con Ruiz Cortines, que en ese tiempo gobernaba, que en cierta ocasión, don Leonardo viajó con su familia al Distrito Federal y fueron distinguidos por el Presidente, hospedándolos en su propia casa.

Cuantas cosas mas pudiera recordarles como lo ha hecho el “filosofito” y otros mas. Pero en este día tan especial, debemos otorgar un pensamiento a todos y cada uno de los fundadores de nuestro “ejido independencia”, por darnos la oportunidad de estar en el contexto local y nacional, pero en especial a quien se destacó como su líder, don Leonardo Jaramillo Silva, para así, siguiendo su ejemplo, podamos continuar impulsando el desarrollo de nuestra comunidad, manteniendo la unidad en nuestro núcleo y ayudar a que se propague la cultura que es la única manera de poder trascender en las generaciones.

Enhorabuena por nuestro aniversario y sobretodo, que Armería siga aportando su apoyo a los gobiernos progresistas y revolucionarios, para que logremos vivir mejor, con otras expectativas de vida, que nuestros hijos y nuestros nietos, posteriormente se sientan orgullosos de todos nosotros…”


*El autor es miembro del Consejo Estatal de la Crónica, la Asociación Colimense de Periodistas y Escritores y la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades del Estado de Colima

chavezmichel@colima.com
chavezmichel@gmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola , bien disen que recordar es vivir, e leido varios articulos de las narraciones que haces de Armeria y realmente son muy interesantes , como la que haces de la escuela secundaria federal , donde escribes del conflicto estudiantil de 1972 , siendo un jovencito de tan solo 14 años yo acompañe a juan jose cedano junto con otros amigos . a cerrar la escuela. gracias a esas experiencias de niños . en la vida adulta nos enseño lo que en la universidad no se aprende . tener mucho valor para confrontar cualquier problema y no poder resolver. quizas no me recuerdes. pero yo si te recuerdo a ti.

Tu tocayo Miguel Angel Perez
(nieto hijo de doña Enedina Gomez la Señora de la fonda,

kingcoliman@hotmail.com