martes, 2 de octubre de 2007

Fisonomía urbana

Publicado en Diario de Colima
28 de agosto de 2005

Miguel CHÁVEZ MICHEL*

Una vez que la entonces ranchería de “Armería” fue elevada a la categoría de pueblo (29 de abril de 1935), mediante Decreto No. 44 se le expropiaron a la “hacienda de Armería” 42.70 (cuarenta hectáreas, setenta áreas) para el “fundo legal” del nuevo pueblo. Para la expropiación de esta superficie, sirvió de base un proyecto de plano urbano elaborado por el Ing. José A. Gordillo, el cual a lo postre resultó, con algunas imprecisiones de linderos.

A petición de Don Jesús Covarrubias, Administrador y Apoderado legal de Doña Isaura Vidriales, propietaria de la Hacienda de Armería, el Gobernador del Estado Teniente Coronel Miguel G. Santana designó al Ing. Carlos Hernández para que elaborara el plano urbano del pueblo de Armería, el cual fue delineado, de norte a sur y de oriente a poniente en cuatro sectores: Juárez, Hidalgo, Independencia y Zaragoza.

Estos cuatro sectores urbanos fueron delimitados por dos grandes avenidas proyectadas con camellón central: de norte a sur, se denominó “Progreso” (hoy Manuel Álvarez) y su continuación “Manzanillo” (hoy Profr. Juan Oseguera Velásquez). De oriente a poniente aún se llaman Cuauhtémoc y Netzahuacoyotl (carretera Colima - Manzanillo). El resto de las calles, rectas y amplias, fueron trazadas de norte a sur y de oriente a poniente.

Con relación a su nomenclatura, las calles de norte a sur, les pusieron nombres de varios héroes de la Independencia, la Reforma y la Revolución. Las de oriente a poniente, llevan nombres de los estados de la República mexicana.

Los lotes urbanos fueron proyectados de 15 metros de frente por 30 de fondo. Y para su venta, que fue a plazos, se clasificaron en tres categorías: los de primera (zona centro) con valor de $90.00; los de segunda a $75.00 y los de tercera a $50.00 c/u. Para estas operaciones, la Tesorería General del Estado designó Receptor de Rentas al Sr. J. Félix Torres Curiel.

De inmediato, los ejidatarios, avecindados y damnificados del “maremoto” (salineros y habitantes de Cuyutlán) firmaron los contratos de compraventa e iniciaron la construcción de sus nuevas viviendas, edificadas en su mayoría, de tejamanil y techos palapa. Estas edificaciones las construyeron Don Guadalupe y José Serratos, muy habilidosos para armar los caballetes y colocar las palapas. Posteriormente se suma a esta popular actividad Don Pedro Padilla.

Por lo que se refiere a la fisonomía urbana, Don Leonardo Jaramillo invitó a un avecindado de Manzanillo, Don Margarito Cárdenas, un albañil que sabia de todo, el cual tuvo a su cargo la construcción de los machuelos de las principales calles y los camellones centrales de las Avenidas Progreso – Manzanillo y Cuauhtémoc – Netzahuacoyotl. Concluidas estas obras, construyó el jardín principal, su kiosco y unas bancas de granito que tenía gravados los nombre de sus donantes, afortunadamente aún se conservan unas pocas en el panteón Municipal. Entre los nombres gravados en las bancas, recuerdo las de “La Casa Blanca”, “Berrondo y Compañía, Leonardo Jaramillo Silva, Pbro. Juan Hernández León, Jesús Covarrubias Monroy, Don Daniel M. Silva, Pascual Moreno Barreto, J. Jesús Díaz Cuevas, Federico Pineda Gutiérrez, Nivardo Herrera Solís, Eusebio Michel Rincón, Francisco Lara Pérez, J. Jesús Ortiz Martínez, Miguel Gómez Medina, Francisco Lagarda Valenzuela y la donada por mi abuela materna Inés Araiza García.

Por recomendación de Don Jesús Covarrubias Monroy, Don Leonardo Jaramillo Silva, Don Pedro Rizo (Jefe de Estación) y el Profesor Ignacio Pinto Solis, los propietarios de los terrenos urbanos ubicados al frente de la avenida Manzanillo y su continuación Progreso, coincidieron en construir, -desde la estación del ferrocarril hasta lo que sería el jardín principal-, amplios portales de madera con techos de teja. Para esta extraordinaria obra, que por muchos años formó parte de fisonomía que identificó al pueblo de Armería, se contrataron los servicios de un carpintero agudo y visionario, como lo fue Don Jorge Bejerano, quién ya había construido la “Casa de Huéspedes” de “Doña Chuy Virgen”. Entre los albañiles constructores de estas casas, recordamos con gratitud a Don Primitivo Guerra y Don Miguel Flores. Este ultimo, años mas tarde, formó el gremio de albañiles, afiliados a la C.T.M.

Para abastecer los servicios de “agua potable”, Don Estefano Eugenio Gherzi, dueño de la Hacienda de “Paso del Río” otorgó su permiso para la construcción una represa en el “ojo de agua” del arroyo “charco verde” y el tendido de la tubería desde ese lugar, hasta el nuevo centro de población. Don Margarito Cárdenas hizo el trazo de la línea de conducción y todos los habitantes, sin excepción, se dieron “tareas” para excavar el terrero y apoyar en el tendido de la tubería. Para colocar y ensamblar la tubería se habilitó como fontanero a Don Pascual Escobedo, que a la postre y hasta su muerte fue el fontanero del pueblo. Para la distribución del agua, se construyeron “hidrantes públicos” en las esquinas y dos enormes pilas de agua, una frente al jardín y otra en la colonia “Independencia”.


* El autor es miembro del Consejo Estatal de la Crónica, la Asociación Colimense de Periodistas y Escritores y la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades del Estado de Colima.
chavezmichel@colima.com
chavezmichel@gmail.com

No hay comentarios: