viernes, 22 de junio de 2007

XL Aniversario de la creación del Municipio de Armería

Publicado en Diario de Colima
el 3 de junio de 2007

Miguel CHÁVEZ MICHEL*

PARALELAMENTE a los eventos culturales y deportivos que se realizaron el pasado sábado veintiséis de mayo, como parte de los festejos conmemorativos del cuarenta aniversario de la creación del municipio de Armería, el ayuntamiento que preside el licenciado Juan Manuel Covarrubias Leyva, organizó en la explanada de la presidencia municipal una emotiva ceremonia conmemorativa, en donde, con el honroso cargo de cronista de la ciudad y primero de Armería, me correspondió el alto honor de narrar, en apretada síntesis, la reseña histórica de nuestro pueblo.

Además del alcalde y miembros del cabildo, con la representación del Gobernador del Estado, presidió el acto solemne el profesor Carlos Cruz Mendoza, Secretario de Educación y expresidente municipal de Armería; el Diputado local Gonzalo Sánchez Prado; los licenciados Mario Anguiano Moreno y Juan Carlos Pinto Rodríguez, Presidentes Municipales de Colima y Tecomán, respectivamente; los expresidentes Municipales Rosa María Espíritu Macías, Salvador Virgen Orozco, Cesáreo Muñíz Sosa, Roque Brambila Alvarado, Ma. Lourdes Márquez Jiménez y quien esto escribe.

Con el carácter de invitados especiales, también asistieron familiares de los extintos expresidentes municipales Rosalío González Espinosa, J. Féliz Delgado Velásquez y Salvador Mora Nolasco y de los ExPresidentes de la H. Junta Municipal de Armería: Pedro Virgen Alcaraz, Francisco Andrade Colmenares, J. Jesús Vaca Farias y Eusebio Michel Rincón. El más ovacionado de todos los presentes fue el Sr. Crispín Campos Enciso, único sobreviviente de los gobernantes del entonces pueblo de Armería, quien fue Presidente de 1958 a 1961.

Posterior a la programada bienvenida, el Alcalde Juan Manuel Covarrubias Leyva agradeció la asistencia de los ahí presentes y explicó que la ceremonia tenía el propósito central de “…honrar la memoria de los fundadores del pueblo y de todos los hombres y mujeres que con trabajo y esfuerzo labraron y cultivaron en tierra fértil hasta lograr que el pueblo de Armería alcanzara la categoría de Municipio…”

Entre otras reflexiones el Presidente Municipal señaló “…orgullosos de nuestro origen, la conmemoración de este aniversario, nos proporciona una excelente ocasión para recordar, con afecto y gratitud, el esfuerzo de nuestros mayores y en ese contexto revisar, para que no se nos olvide nuestra historia, y con ello, preservar el espíritu de lucha de nuestros padres; evaluar nuestro presente y examinar qué futuro que queremos para nuestro Municipio…”. Y concluyó su intervención haciendo un llamado a la unidad para que el municipio armeritense continúe por la senda del progreso y tenga un buen futuro.

Con clara alusión a nuestros ancestros, en el uso de la voz, inicié mi alocución con las siguientes palabras “…Con la satisfacción que da el haber nacido en esta tierra fértil, productiva y generosa, en donde aprendimos de nuestros padres amar y servir a México; fortalecido en espíritu por el dinamismo, cordialidad y fortaleza de éste nuestro pueblo al que mucho debemos y siempre nos favorece con su amistad y respaldo, sean mis palabras un timbre de honor a la entusiasta aspiración de triunfo de nuestros mayores que con pasión y entrega convirtieron en vergel estas tierras otrora inhóspitas….”

Referente a la toponimia, expresé: “…Armería, remanso, promesa y esperanza de nuestros hijos, debe su nombre a la hermosa tradición popular. El Pbro. Roberto Urzua Orozco en su texto, “Los Pueblos de Tecomán”, consigna que “…en los libro de la parroquia de Santo Santiago, en 1787 se localizan registradas las defunciones de 5 habitantes de la ranchería de Almería…” Consecuentemente, sostiene que “…el nombre de Armería proviene de Almería”, denominación de una provincia española, localizada al oeste del mar mediterráneo….”

Luego, previa referencia bibliográfica de los autores que han escrito sobre este tema, me referí a la historia precolombina, a las tumbas de tiro y cerámicas extraídas de su suelo, a la tenencia de la tierra desde las encomiendas, pastorías, estancias y haciendas, hasta el reparto agrario.

Sobre las causas que dieron origen a su crecimiento poblacional señalé: “…El incremento demográfico de esta zona, fue paralelo a la integración de los ejidos. Además del reparto agrario, las causas que determinaron el aumento de su población, fueron el corte de durmientes para la vía del ferrocarril y el Maremoto del 22 de junio de 1932, que obligó a los habitantes de Cuyutlán, Boquillas y Palo Verde a radicar en este lugar, quedándose la mayoría a residir definitivamente. Prueba de ello, fue el inusitado incremento de sus habitantes: de 1924 a 1935 se elevó la población de 178 a 1,500 habitantes.

Ante este sorprendente crecimiento, el Gobernador Don Salvador Saucedo, por decreto No. 44 expedido por el H. Congreso del Estado y publicado en el Diario Oficial del Estado de Colima el 29 de abril de 1935, la entonces ranchería de Armería, fue elevada a la categoría de pueblo. Según el referido decreto, formaron parte de la jurisdicción del pueblo de Armería las localidades de Periquillo, Cuyutlán, Cuatán, Coalata, hoy Venustiano Carranza e Independencia.

Para 1935, el centro de la población de Armería, tradicionalmente, lo fue la “estación del ferrocarril”. Enfrente se localizaba el casco de la “hacienda” con su “galerón”, en donde una de sus estancias sirvió para albergar a la primera Escuela. La zona más habitada, lo fueron, las calles paralelas a la vía, en donde se establecieron los primeros comercios, un hotelito y dos casas de asistencia.

Entre los primeros comercios, se localizaban la carnicería de Don Justo Rivera las tienditas de Don Castulito Villaseñor y Don Chinto Urrutia que prácticamente vendían de todo. Frente a la estación, en una hermosa casa construida de madera se estableció el “Gran Hotel Armería” propiedad de Doña “Tacha De la Mora”. Entre las “Casas de Huéspedes” se instalaron la de “Doña Chuy Virgen” y la de mi abuela materna “Inés Araíza García”, que también era una “fonda” que asistía a trabajadores del ferrocarril.

En la entonces calle Progreso, hoy Avenida Juan Oseguera Velásquez, se instaló la cenaduría de Vicenta Valle y los comercios de Doña Inés Álvarez, Rita Galindo y Don Daniel Silva…”

Mencioné cronológicamente a los veintiocho ciudadanos que fueron Presidentes de la H. Junta Municipal de Armería del 29 de abril de 1935 al 31 de diciembre de 1967 y en su honor enuncié: “…Son pocos los pueblos como Armería, en donde se conjugan con extraordinaria armonía: el terreno fértil, con esfuerzo firme. Lo que hoy es nuestro lema, es testimonio indubitable que aquí se combinaron, los recursos fisiográficos y humanos: por un lado, tierras privilegiadas, agua rodada y ecología adecuada, por el otro, el elemento humano, sí, el hombre y la mujer del campo, dispuestos a vencer y modificar el medio geográfico, trasformando con la fuerza de su brazo, sudor de su frente, y su esfuerzo firme, estas tierras en un verdadero vergel, que por muchos años fue potencia, grandeza y orgullo de la agricultura colimense…”

También me referí a quienes iniciaron los cultivos del cocotero, tamarindo, mango, guanábana y banano. Hice alusión al auge tabacalero y la notable etapa del oro verde; a la construcción de los primeros canales de riego hasta alcanzar el codiciado líquido que les permitió regar sus parcelas. A la introducción, desde el charco verde, de la primera red de agua potable; a la edificación del jardín principal, machuelos y camellones centrales de las principales avenidas y sobre el diseño y construcción de los viejos portales de madera, que por muchos años formaron parte de la fisonomía urbana.

Rememoré, que en este marco de fortalezas, Armería creció hasta alcanzar la población requerida para constituirse en el décimo municipio del Estado y que, como un justo reconocimiento al esfuerzo de sus habitantes, con el apoyo del Gobernador del Estado el licenciado Francisco Velasco Curiel, el H. Congreso del Estado mediante Decreto número 119 aprobó el 26 de mayo de 1967 la creación del Municipio de Armería. Desde luego, evoqué con gratitud, la voluntad de sus impulsores, entre otros, la del profesor Juan Oseguera Velázquez, el cartógrafo Elías Méndez Piano y los diputados integrantes de XLI Legislatura: Roberto González Fuentes, Lic. Abel López Llerenas, Jorge Velasco Márquez, Ramón Serrano García, Ing. Othón Bustos Solórzano, Enrique Bayardo López y Herminio Málaga Rojas.

El texto completo de mi intervención puede consultarse, vía Internet, en la siguiente dirección: http://cronicasarmeria.blogspot.com/. También en el portal de “enlaces” de la página web del Ayuntamiento: http://www.armeria.gob.mx/enlaces/enlaces.htm

(En la parte final de este blogs puede consultar
el texto completo que se señala en el párrafo anterior)

Acto seguido, el Secretario del Ayuntamiento profesor Silvino Meneses Nophal, rememorando la sesión del H. Congreso del Estado, comentó, que se verificó en el entonces centro escolar “Lic. Adolfo López Mateos”, dio lectura al Decreto número 119 por el que se reformó el artículo 104 de la Constitución Política del Estado para que pudiera crearse el décimo Municipio del Estado.

De su articulado se desprende que el Municipio de Armería se integró con una extensión superficial de 392 kilómetros cuadrados, segregándose 330 del Municipio de Manzanillo y 62 del de Coquimatlán. Se designó cabecera municipal al pueblo de Armería y parte de su jurisdicción los pueblos de Cuyutlán y Cofradía de Juárez, así como las rancherías de Zorrillos (hoy los Reyes), el Balneario El Paraíso, Rincón de López, el Banco de Jicotán y demás localidades comprendidas entre los límites señalados en el artículo segundo del referido Decreto.

Igualmente se recordó que siendo Gobernador del Estado el licenciado Elías Zamora Verduzco y Presidente Municipal el Sr. Cesáreo Muñíz Sosa, el 31 de agosto de 1988, mediante decreto número 167, la cabecera municipal fue elevada a la categoría de ciudad.

Previa entrega de reconocimientos, la ceremonia concluyo con la inauguración de las galerías de Presidentes Municipales y la colección fotográfica denominada “el Armería de ayer y hoy”, compiladas por el subdirector de Cultura del Ayuntamiento Roberto Rojo Verduzco.

A cuarenta años de distancia, aquí y ahora podemos afirmar con orgullo, que quienes confiaron en la constancia y entereza de nuestro pueblo, no se equivocaron. Para todos ellos, sirvan estas líneas de permanente gratitud. No cabe la menor duda, cuando se trabaja con amor, las potencialidades del ser humano no tienen límites. En efecto, para nuestros padres, en la construcción de nuestro pueblo, con amor, no hubo reto que los amedrentara, ni circunstancias que los derrotara. Hoy, su ejemplo, debe transformarse en motor y guía de nuestros actos cotidianos.

Amigos míos: Nuevos tiempos, reclaman de todos nosotros, nuevos compromisos. En una sociedad plural como la nuestra, las obstáculos e incertidumbres, deben vencerse con fortaleza, dialogo y compromiso; deben dominarse con firmeza, tolerancia y respeto, y sobre todo, con alto sentido de responsabilidad y con mucho amor, sí, con exuberante amor a nuestra patria chica, moderemos actitudes, unamos voluntades y trabajemos juntos por la grandeza de Armería. No se nos olvide, que lo mejor de Armería, son sus habitantes. Felicidades.

*El autor es miembro del Consejo Estatal de la Crónica, la Asociación Colimense de Periodistas y Escritores, y la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades del Estado de Colima.

chavezmichel@colima.com
chavezmichel@gmail.com
chavezmichel@hotmail.com

lunes, 4 de junio de 2007

Mensaje con motivo del XL Aniversario de la creación del Municipio de Armería

Palabras del Lic. Miguel Chávez Michel
Cronista de la ciudad y primero de Armería
En la ceremonia conmemorativa organizada por el H. Ayuntamiento de Armería

Muy respetables autoridades.
Señoras y Señores.
Amigos Todos.

Con la satisfacción que da el haber nacido en esta tierra fértil, productiva y generosa, en donde aprendimos de nuestros padres amar y servir a México; fortalecido en espíritu por el dinamismo, cordialidad y fortaleza de éste nuestro pueblo al que mucho debemos y siempre nos favorece con su amistad y respaldo, sean mis palabras un timbre de honor a la entusiasta aspiración de triunfo de nuestros mayores que con pasión y entrega convirtieron en vergel estas tierras otrora inhóspitas.

Por ello, en este marco solemne a que nos ha convocado el H. Ayuntamiento para conmemorar el cuadragésimo aniversario de la erección del Municipio de Armería permítaseme glosar hechos y acontecimientos que nos dieron identidad como pueblo.

Armería, remanso, promesa y esperanza de nuestros hijos, debe su nombre a la hermosa tradición popular. El Pbro. Roberto Urzua Orozco en su texto, “Los Pueblos de Tecomán”, consigna que “…en los libro de la parroquia de Santo Santiago, en 1787 se localizan registradas las defunciones de 5 habitantes de la ranchería de Almería…” Consecuentemente, sostiene que “…el nombre de Armería proviene de Almería”, denominación de una provincia española, localizada al oeste del mar mediterráneo.

La historia precolombina señala a la zona de Armería, como el lugar en donde fueron detenidos los Otomíes que venía de la mesa central, por tribus nahuatlacas procedentes de Aztlán. Testimonio evidente de lo propicio que fue esta zona para los aborígenes, es la gran cantidad de tumbas de tiro y cerámicas extraídas de su suelo, que han ameritado estudios científicos y su clasificación como períodos “Armería”, ubicado entre los años 850 y 1250, y el denominado “Complejo Periquillo” de 1250 a 1521. Por su alfarería, al primero, se le identifica con la cultura Tolteca, y al segundo, con los Mexicas.

El maestro Juan Oseguera Velásquez, en su libro “Colima en Panorama” nos relata que durante la conquista “…sus habitantes, debieron engrosar las filas de los aguerridos tecos, que cayeron luchando heroicamente el “Alima”, defendiendo al señorío de Coliman en 1523…”

En una acuciosa investigación sobre las “Haciendas en Colima”, compendiada por mi amigo Oscar Guedea y Castañeda, se consigna que la tenencia de la tierra pasó de las “encomiendas” a las “pastorías”; posteriormente, los jesuitas, las transformaron en “estancias” y “haciendas”.

Para 1793, según un informe que rindió el empadronador Don Lucas de Lasaga al Virrey de la Nueva España la entonces “Hacienda de Armería” era propiedad del Conde de Regla Don Pedro Romero de Terreros. Estas propiedades fueron heredadas en 1807 a su nieta, la Marquesa de Herrera. En 1873, su descendiente Don Manuel de la Pedreguera y Romero de Terreros, vendió las Haciendas de Cuyutlán, Coalata, Armería y San Andrés Periquillo a una compañía formada por José Parra y Álvarez, Pascasio López, Ernesto Ulrick, Francisco Santa Cruz e Ignacio Ramos.

En 1875 El General Ángel Martínez compra la Hacienda de San Andrés Periquillo. Tres años más tarde Don Francisco Santacruz Escobosa asegura en propiedad la Hacienda de Coalata y Armería, quien su vez en 1879 la comercia a Don Ponciano Ruíz, acaudalado vecino del Puerto de Manzanillo.

En 1903, el General Ángel Martínez vende sus propiedades a la Sociedad Industrial Agrícola de Paso del Río, siendo su último propietario Don Stephano Gherzi.

El último propietario de la Hacienda de Armería fue de Doña Isaura Vidriales, quien la recibió en herencia de su difunto esposo Don Agustín Melgar. La hacienda y sus estancias estuvieron al cuidado y administración de Don Jesús Covarrubias Monroy.

Fue el reparto agrario, sin duda alguna, el que marcó el inicio del progreso de esta planicie costera; primero se formaron los Ejidos de Armería y Cuyutlán en 1925; Humedades, hoy Independencia en 1931; Periquillo y Zorrillos en 1939; el Pelillo en 1952; Cofradía de Juárez en 1960; Anacleto Núñez en 1974; el Campanario en 1977; y, finalmente, el Ejido Luis Echeverría.

El incremento demográfico de esta zona, fue paralelo a la integración de los ejidos. Además del reparto agrario, las causas que determinaron el aumento de su población, fueron el corte de durmientes para la vía del ferrocarril y el Maremoto del 22 de junio de 1932, que obligó a los habitantes de Cuyutlán, Boquillas y Palo Verde a radicar en este lugar, quedándose la mayoría a residir definitivamente. Prueba de ello, fue el inusitado incremento de sus habitantes: de 1924 a 1935 se elevó la población de 178 a 1,500 habitantes.

Ante este sorprendente crecimiento, el Gobernador Don Salvador Saucedo, por decreto No. 44 expedido por el H. Congreso del Estado y publicado en el Diario Oficial del Estado de Colima el 29 de abril de 1935, la entonces ranchería de Armería, fue elevada a la categoría de pueblo. Según el referido decreto, formaron parte de la jurisdicción del pueblo de Armería las localidades de Periquillo, Cuyutlán, Cuatán, Coalata (hoy Venustiano Carranza) e Independencia.

Para 1935, el centro de la población de Armería, tradicionalmente, lo fue la “Estación del Ferrocarril”. Enfrente se localizaba el casco de la “hacienda” con su “galerón”, en donde una de sus estancias sirvió para albergar a la primera Escuela. La zona más habitada, lo fueron, las calles paralelas a la vía, en donde se establecieron los primeros comercios, un hotelito y dos casas de asistencia.

Entre los primeros comercios, se localizaban la carnicería de Don Justo Rivera las tienditas de Don Castulito Villaseñor y Don Chinto Urrutia que prácticamente vendían de todo. Frente a la estación, en una hermosa casa construida de madera se estableció el “Gran Hotel Armería” propiedad de Doña “Tacha De la Mora”. Entre las “Casas de Huéspedes” se instalaron la de “Doña Chuy Virgen” y la de mi abuela materna “Inés Araíza García”, que también era una “fonda” que asistía a trabajadores del ferrocarril.

En la entonces calle Progreso, hoy Avenida Juan Oseguera Velásquez, se instaló la cenaduría de Vicenta Valle y los comercios de Doña Inés Álvarez, Rita Galindo y Don Daniel Silva.

En el período comprendido del 29 de abril de 1935 al 31 de diciembre de 1967, como consta en libros de actas del Registro Civil, fungieron como presidentes de la H. Junta Municipal de Armería los siguientes ciudadanos;

Sebastián Saucedo Gervasio, Eduardo Michel Michel, Apolonio Maravilla Brambila, Gerardo Ruelas Pérez, Ramón M. Ramírez, Luis Gómez Michel, José Villanueva, Hilario Dueñas Lepe, Felipe Ramírez Victoria, J. Félix Torres Curiel, Daniel M. Silva, Ricardo Cortes Aguiano.

El Coronel Manuel Muñoz Salzar, J. Jesús Parra Mesina, Leonardo Jaramillo Silva, Pedro Virgen Alcaraz, Sostenes Pérez Calvillo, Martiniano Escobar Robles, Basilio Pérez Calvillo, Manuel y David Toscazo Barajas, Antonio Enciso Rojas, José Ruelas Ramírez, Prof. Benjamín Pineda Gutiérrez, José C. Gutiérrez, Valente Jiménez Delgado, Francisco Andrade Colmenares, Crispin Campos Enciso, J. Jesús Vaca Farias y Eusebio Michel Rincón.

Son pocos los pueblos como Armería, en donde se conjugan con extraordinaria armonía: el “terreno fértil, con esfuerzo firme”. Lo que hoy es nuestro lema, es testimonio indubitable que aquí se combinaron, los recursos fisiográficos y humanos: por un lado, tierras privilegiadas, agua rodada y ecología adecuada, por el otro, el elemento humano, sí, el hombre y la mujer del campo, dispuestos a vencer y modificar el medio geográfico, trasformando con la fuerza de su brazo, sudor de su frente, y su esfuerzo firme, estas tierras en un verdadero vergel, que por muchos años fue potencia, grandeza y orgullo de la agricultura colimense.

En efecto, en 1905 la Sociedad Industrial Agrícola de Paso del Río inicia en Santa Rosa y San Andrés Periquillo las plantaciones del cocotero. En 1925 Don Pascual Moreno Barreto, Felipe Ramírez Victoria y Miguel Gómez Medina amplían en la planicie costera este cultivo.

Con la llegada del Senador Alejandro Anaya y el exgobernador nayarita Don Francisco Parra, en 1938 se emprende, en propiedades del Teniente Coronel francisco Lagarda Valenzuela y el Mayor J. Merced Torres Rocha el cultivo del algodón y el auge tabacalero. La familia Yamaguchi, originan el cultivo del tamarindo, el mango y la guanábana. El Senador Anaya motiva a los agraristas al cultivo del limonero.

Entre 1932 y 1935, Don Francisco Moreno, dueño el “Hotel Colonial” del puerto de Manzanillo y visionario comerciante que ya desde entonces, infería la “idea” de exportar productos agrícolas hacía el gran mercado norteamericano, convenció a los líderes agrarios Rosendo Corona, Luis Gómez Michel y Leonardo Jaramillo Silva para que abrieran sus nuevas tierras al cultivo del plátano, para lo cual, además de habilitarlos económicamente, se comprometía a comprarles la totalidad de la producción.

Para Don Pancho Moreno, Armería reunía tres potencialidades que podían transformarlo en el primer productor de “banano” en el Estado: uno, tierra húmeda y fértil; dos, la fuerza de trabajo de los nacientes grupos agrarios y tres, la importante vía de comunicación de la época, como lo era, el ferrocarril; pero había un problema, la falta de canales de riego.

Ante este inexplorado horizonte, Don Rosendo Corona, el Sr. Luis Gómez michel y Don Leonardo Jaramillo Silva, líderes de los Ejidos Armería e Independencia, para alcanzar el codiciado liquido que les permitiera regar sus parcelas, inician en 1932 los trámites para que se les otorgara permiso para derivar las aguas del río Armería. Así, sin más capital, que su inquebrantable voluntad por vencer las adversidades y la nobleza de su fuerza de trabajo, todos los campesinos en unión de sus familias, construyeron a pico y pala “el canal de Armería” y su ramificación “Canal Independencia”.

Con el apoyo moral, político y económico de Don Pancho Moreno, trajeron de Cihuatlán, Jalisco, las primeras cabezas de plátano de la variedad conocida con el nombre “roatán”. Para llevar el registro y control de los préstamos a los ejidatarios y a la vez, comprar el producto para comercializarlo hacia Estados Unidos de Norteamérica., el Sr. Moreno, designó, como su representante en Armería a Don Eusebio Michel Rincón, responsable de las compras al Sr. Ignacio Hoyos Velásquez y encargado de los cortadores y estibadores a Lino Corona Pérez.

Fue tanto el éxito del banano, que dé 1935 a 1944 se exportaban diariamente de cinco a diez furgones del ferrocarril cargados de “plátano roatán”. A esta etapa, de gran derrama económica para todos los habitantes de Armería, se le conoce como la era del “oro verde”. Lamentablemente, el ciclón de 1944, arrasó con todos los cultivos, y nuevamente, con entereza, firmeza y unión de esfuerzos nuestros mayores salieron adelante.

Por lo que se refiere a la fisonomía urbana, Don Leonardo Jaramillo invitó a un avecindado de Manzanillo, Don Margarito Cárdenas, el cual tuvo a su cargo la construcción de los machuelos de las principales calles y los camellones centrales de las avenidas. Concluidas estas obras, se construyó el jardín principal, su kiosco y unas bancas de granito que tenía gravados los nombre de sus donantes.

Por recomendación de Don Jesús Covarrubias Monroy, Don Leonardo Jaramillo Silva, Don Pedro Rizo (Jefe de Estación) y el Profesor Ignacio Pinto Solis, los propietarios de los predios ubicados al frente de la avenida Manzanillo y su continuación Progreso, coincidieron en construir, -desde la estación del ferrocarril hasta lo que sería el jardín principal-, amplios portales de madera con techos de teja. Para esta extraordinaria obra, que por muchos años formó parte de fisonomía que identificó al pueblo de Armería, se contrataron los servicios de un carpintero agudo y visionario, como lo fue Don Jorge Bejerano, quién ya había construido la “Casa de Huéspedes” de “Doña Chuy Virgen”. Entre los albañiles constructores de estas casas, recordamos con gratitud a Don primitivo Guerra y Don Miguel Flores. Este ultimo, años mas tarde, formó el gremio de albañiles, afiliados a la C.T.M.

Para abastecer los servicios de “agua potable”, Don Estefano Eugenio Gherzi, dueño de la Hacienda de “Paso del Río” otorgó su permiso para la construcción una represa en el “ojo de agua” del arroyo “charco verde” y el tendido de la tubería desde ese lugar, hasta el nuevo centro de población. Don Margarito Cárdenas hizo el trazo de la línea de conducción y todos los habitantes, sin excepción, se dieron “tareas” para excavar el terrero y apoyar en el tendido de la tubería. Para colocar y ensamblar la tubería se habilitó como fontanero a Don Pascual Escobedo, quien, hasta su muerte fue el fontanero del pueblo. Para la distribución del agua, se construyeron “hidrantes públicos” en las esquinas y dos enormes pilas de agua, una aquí frente al jardín y otra en la colonia “Independencia”. El primer pozo profundo para abastecer el servicio de agua potable, fue financiado en su mayoría con donativos económicos de la señora María Gómez Pérez viuda de Ruelas.

En este marco de fortalezas, Armería crece hasta alcanzar la población requerida para constituirse en Municipio y como un justo reconocimiento al esfuerzo de sus habitantes, siendo Gobernador del Estado el Ing. Rodolfo Chávez Carrillo (1955-1961) y Presidente de la H. Junta Municipal de Armería Don Crispin Campos Enciso, el Prof. Juan Oseguera Velásquez, en su carácter de Diputado de la XXXVIII Legislatura (1955-1958), previo acucioso estudio socioeconómico, propuso al Congreso del Estado, que el entonces pueblo de Armería fuera elevado a la categoría de Municipio, iniciativa que no alcanzó los consensos de los actores políticos de la época.

Años mas tarde, en el sexenio del Gobernador Lic. Francisco Velasco Curiel (1961-1967) fueron Presidentes de la H. Junta Municipal de Armería Don Jesús Vaca Farias (1962-1964) y Don Eusebio Michel Rincón (1965-1967) y ambos, en sus respectivos períodos, con el apoyo del Pbro. Juan Hernández León y los comisariados ejidales de la época, continuaron insistiendo hasta cristalizar el añorado propósito de ver a nuestro pueblo convertido en el décimo Municipio del Estado de Colima.

Así, el Gobernador Francisco Velasco Curiel dio instrucciones al Prof. Juan Oseguera Velásquez y al cartógrafo Elías Méndez Pizano para que laboraran un nuevo estudio, mismo que le fue presentado con puntual celeridad. En la propuesta original, se vislumbraba que el nuevo Municipio se integraría con los pueblos de Armería, Periquillo y Cuyutlán, el Balneario del Paraíso y las localidades de Cofradía de Juárez, Cualatilla, Zorrillos (hoy Los Reyes), Santa Rita, Coalata (hoy Venustiano Carranza) y San Buenaventura.

Fueron muchas las reuniones que tuvieron que verificarse para estudiar las propuestas y contrapropuestas hasta alcanzar los consensos de los Presidentes Municipales de Coquimatlán, Antonio Estrada Márquez y de Manzanillo Don Luis García Castillo.

En este orden de ideas, el 19 de mayo de 1967 los Diputados Ing. Othón Bustos Solórzano, Jorge Velasco Márquez y Roberto González Fuentes, presentaron al pleno del Congreso los estudios socioeconómicos y topográficos que justificaban la creación del Municipio de Armería. El Presidente del Congreso, instruyó a la Comisión de Puntos Constitucionales para elaborar el proyecto de Decreto respectivo. De igual manera, se aprobó el Decreto No. 118 por el que se declaró recinto oficial a la escuela “Adolfo López Mateos” para promulgar la creación del Municipio de Armería”.

Con estos antecedentes, a las doce treinta horas del día 26 de mayo de 1967, se inició, en la Escuela “Adolfo López Meteos, la Sesión Solemne de la XLI Legislatura integrada por los diputados Roberto González Fuentes, Lic. Abel López Llerenas, Jorge Velasco Márquez, Ramón Serrano García, Ing. Othón Bustos Solórzano, Enrique Bayardo López y Herminio Málaga Rojas.

Contando con la presencia del Lic. Francisco Velasco Curiel, correspondió al diputado Roberto González Fuentes dar lectura al Decreto No. 119 por el que se elevó a la categoría de Municipio a la zona agrícola de Armería. En el acta respectiva se consigna: “…La aprobación del Decreto fue sancionado por el numeroso público asistente con un nutrido y prolongado aplauso acompañado de una algarabía producida por más de un centenar de vehículos, tractores y las campanas de la iglesia, todo ello en señal de júbilo, por este histórico acontecimiento que crea el décimo Municipio del Estado de Colima…” Concluye la cita.

A cuarenta años de distancia, aquí y ahora, podemos afirmar con orgullo que quienes confiaron en la constancia y entereza de nuestro pueblo, no se equivocaron. Para todos ellos, la seguridad de nuestra permanente gratitud.

Finalmente, siendo gobernador del Estado el Lic. Elías Zamora Verduzco y Presidente Municipal el C. Cesáreo Muñíz Sosa, el 31 de agosto de 1988, mediante decreto número 167, la cabecera municipal fue elevada a la categoría de ciudad.

Pueblo de Armería:

Cuando se trabaja con amor, las potencialidades del ser humano no tienen límites. En efecto, para nuestros padres, en la construcción de este pueblo, no hubo reto que los amedrentara, ni circunstancias que los derrotara. Su ejemplo, debe transformarse en motor y guía de nuestros actos cotidianos.

Amigos míos:

Nuevos tiempos, reclaman de todos nosotros, nuevos compromisos. En una sociedad plural como la nuestra, las obstáculos e incertidumbres, deben vencerse con fortaleza, dialogo y compromiso; deben dominarse con firmeza, tolerancia y respeto, y sobre todo, con alto sentido de responsabilidad y con mucho amor, sí, con exuberante amor a nuestra patria chica, moderemos actitudes, unamos voluntades y trabajemos juntos por la grandeza de Armería.


Por su atención, muchas Gracias.


Armería, Col. 26 de mayo de 2007.

chavezmichel@colima.com
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